Con este trabajo, Barrios Alday, nos lleva por los caminos de los códigos y los símbolos de los pueblos originarios para lograr que comunidades ajenas a ellos puedan comprender su cotidianeidad y sus cosmovisiones. De todas formas un viaje “real y maravilloso”.

“Recordé, entonces, el breve ensayo ‘La soledad de América Latina’, de Gabriel García Márquez, en el que cita las crónicas de Antonio Pigafetta, navegante florentino, en el que hablaba de la existencia de ‘cerdos con el ombligo en el lomo, y unos pájaros sin patas cuyas hembras empollaban en las espaldas de los machos, y otros como alcatraces sin lengua cuyos picos parecían una cuchara’. Además -recordé también-, una serie de relatos, cuentos y leyendas con que me había encontrado en mi camino de la recolección, investigación y análisis de hechos culturales.
  El tema era (y sigue siendo) la capacidad de ‘ver’ y  ‘entender’ lo que se estaba ‘mirando’ y, por otro lado, la capacidad de representar lo visto y lo entendido. ‘Ellos vieron la fiesta de los diversos, pero no vieron lo que los diversos estaban viendo. Los vieron ver, pero no vieron el objeto de la visión’, afirmaba el italiano Furio Jesi refiriéndose a las distancias entre la observación pasiva y la participación activa en los sucesos comunitarios…”